¡Centímetro
de vehemencia
déjame ir
déjame ir de rodillas!
deja deslizarme sobre
el erudito distante,
déjame ver al que
grita desde el camastro,
déjame escuchar al que vocifera el silencio en la tormenta
yo no me
equivoco,
deseo el pos,
el pos del
contrario.
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